LA REDACCIÓN.- La decisión de Alphabet (matriz de Google) y otras
compañías estadounidenses de abandonar sus transacciones comerciales con Huawei
para cumplir con la orden del presidente Donald Trump tendrá un gran impacto
sobre el mercado europeo y latinoamericano, y uno mucho menor en EE.UU. y
China.
Desde que fuese tildada por el
Congreso de ser una “amenaza para la seguridad” de EE.UU., en 2012, Huawei
apenas ha tenido presencia en el país norteamericano (su cuota de mercado es
inferior al 1 % según StatCounter), por lo que el veto se notará mucho más
entre la industria y los proveedores que en la calle.
En China, por su parte, quien no
tiene prácticamente presencia es Google, por lo que los teléfonos de Huawei en
ese país (que supone aproximadamente la mitad de sus ventas) operan con una
versión modificada de Android que no lleva instaladas las aplicaciones insignia
de la firma, como Google Maps, Youtube o Gmail.
Es en el resto del mundo,
especialmente en Europa y Latinoamérica, donde los teléfonos económicos y de
calidad estándar de Huawei que usan sistema operativo Android han logrado penetrar
con fuerza en el mercado, y por tanto es donde el porcentaje de usuarios que
previsiblemente se verán afectados es mayor.
En Europa, Huawei es, con casi un
18 % de cuota de mercado, el tercer actor en liza por detrás de Samsung y Apple
(con especial presencia en España, donde sobrepasa el 20 %), mientras que en
Latinoamérica las cifras varían mucho según el país, destacando el 28 % de
Costa Rica, el 25 % de Perú, el 18 % de Colombia y el 17 % de Chile.
Después de que la información
apareciese publicada en la prensa el domingo por la noche, Google ha confirmado
que está “cumpliendo con la orden (emitida por el Gobierno) y revisando sus
implicaciones” y ha matizado que mantendrá el acceso a Google Play y Google
Play Protect para los usuarios actuales de Huawei, pero no les permitirá
actualizar Android.
El problema será mayor para
quienes se compren un teléfono Huawei nuevo, puesto que al haber retirado
Alphabet las licencias de sus productos al fabricante chino, estos no vendrán
con Google Play, lo que significa de facto la imposibilidad de acceder a todas
las aplicaciones diseñadas para Android que no estén en código abierto.
Pese a que el veto de Alphabet es
el más inmediatamente perceptible para el usuario y el que ha causado más
revuelo mediático, seis fabricantes de componentes electrónicos estadounidenses
y uno alemán también han anunciado que rompen relaciones comerciales con
Huawei.
Las compañías de procesadores de
EE.UU. Intel, Qualcomm, Xilinx y Broadcom, la alemana Infineon Technologies y
los fabricantes de chips de memoria estadounidenses Micron Technology y Western
Digital dejarán de suministrar a Huawei también en cumplimiento de la orden de
Trump, lo que podría demorar los planes de adopción de la red 5G a nivel
mundial.
Huawei es una de las empresas
líder en todo el mundo en el desarrollo de esta nueva tecnología que debe
incrementar sustancialmente la velocidad de las conexiones a internet y
permitir avanzar hacia la implementación a gran escala del internet de las
cosas.
Por ello, gobiernos y compañías
de todo el mundo han alcanzado durante los últimos meses acuerdos con la firma
china para que esta se encargue de la instalación de los sistemas 5G (algo que
ya censuró en su momento el propio Trump, especialmente en el caso de los
países europeos), pero para ello Huawei necesita los chips y componentes de sus
proveedores.
Según datos compilados por
Evercore, Huawei se gasta cada año unos 20.000 millones de dólares en material
electrónico y de telecomunicaciones, siendo precisamente Intel, Xilinx y
Broadcom algunos de sus mayores proveedores, por lo que estas empresas perderán
a uno de los clientes más poderosos de la industria.
“Impedir a Huawei hacer negocios
con empresas en los EE.UU. no hará a EE.UU. más fuerte o segura, sino que la
forzará a alternativas de menor calidad y más caras, lo que atrasará su
adopción de la red 5G”, indicó la empresa la semana pasada al conocerse la
orden de Trump.
FUENTE: EL NUEVO DIARIO, SAN FRANCISCO, EE.UU.
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